Obesidad y las arritmias

Los hombres y las mujeres con sobrepeso u obesidad son más propensos a desarrollar una arritmia conocida como fibrilación auricular (FA) que aquellos con un peso saludable, de acuerdo con un nuevo estudio.

En la FA, las cámaras cardíacas superiores (aurículas) tiemblan en lugar de latir para que la sangre fluya adecuadamente. Siempre se la asoció con la obesidad, pero el estudio aporta evidencia de cómo el género influiría en el riesgo asociado con el exceso de peso.

Los hombres con obesidad mórbida, por ejemplo, eran cuatro veces más propensos a desarrollar FA que los que conservaban un peso saludable. En cambio, en las mujeres con obesidad mórbida, ese riesgo se duplicaba con respecto de la población femenina con peso normal.

«Tener sobrepeso/obesidad no sólo modifica la estructura del corazón, lo que lo hace más susceptible a la FA, sino que aumenta las probabilidades de padecer otros factores de riesgo de la arritmia, como la hipertensión», dijo el autor principal, Jocasta Ball, del Instituto Baker del Corazón y la Diabetes en Melbourne, Australia.

La FA es la arritmia cardíaca más común: afecta al 2-3 por ciento de la población mundial, según publica el equipo en Journal of the American Heart Association.

Los autores analizaron los datos de una encuesta a 24.799 adultos de Noruega monitorizados durante 16 años. La FA suele desarrollarse después de los 50 años. Los participantes tenían entre 35 y 39 años al inicio del estudio. La mayoría tenía un índice de masa corporal (IMC) dentro del rango saludable.

Durante el estudio, 811 hombres y 918 mujeres desarrollaron FA.

Aun cuando los participantes no tuvieran sobrepeso grave, un mayor IMC seguía asociado con un mayor riesgo de FA. Por ejemplo, hombres con un IMC de 25 (sobrepeso leve) eran un 14 por ciento más propensos a padecer FA que aquellos con un IMC de 23 (peso saludable). Cuando los hombres tenían un IMC de 18 (bajo peso) eran un 25 por ciento menos propensos a padecer FA que aquellos con un IMC de 23. En cambio, los hombres con un IMC de 20 eran un 14 por ciento menos propensos a desarrollar FA que los hombres con un IMC de 23.

En las mujeres, el patrón era similar en las participantes con el peso más bajo, pero la relación entre la obesidad y la FA no era tan potente como en los hombres en las mujeres con mayor IMC.

Las mujeres con un IMC de 18 eran un 18 por ciento menos propensas a desarrollar FA que las mujeres con un IMC de 23 y, en aquellas con un IMC de 20, el riesgo disminuía un 11 por ciento.

Fuente: TN Salud