Científicos de Australia están desarrollando un camino para pacientes que tuvieron infartos, con la inyección de proteínas que regenerarían la zona dañada. Las secuelas de un infarto dañan el músculo cardíaco, que, con el tiempo, se convierte en una cicatriz.
El tejido de la cicatriz puede causar complicaciones en el bombeo y transporte de la sangre, ya que no tiene la elasticidad y flexibilidad de un músculo cardíaco sano y no puede volver a su estado original.
¿ De qué se trata el proyecto?
El grupo de investigadores de la Universidad de Sidney, en Australia, está desarrollando un método que consiste en una inyección de proteínas para revertir la pérdida de elasticidad del tejido cardíaco dañado tras un infarto. Por el momento se probó en animales y funcionó bien.
Lo que hicieron es usar una proteína que se conoce como “tropoelastina”. Al inyectarla en la zona donde se encuentra la cicatriz del infarto, se busca que la proteína pueda “hacer retroceder el reloj” del daño muscular. Es decir, intentan que las cicatrices sean “más elásticas” y ayuden a mejorar la capacidad de contracción del corazón.
“Esta investigación pone de manifiesto el potencial de la tropoelastina en la reparación cardiaca y sugiere que nuevos trabajos mostrarán posibilidades apasionantes de su papel en futuros tratamientos y terapias”, afirmó el doctor Robert Hume, investigador principal, que llevó a cabo la investigación en el Instituto Westmead de Investigación Médica, en Sidney.
Hicieron estudios preclínicos: inyectaron tropoelastina purificada en la pared del corazón de ratas días después de inducirles un infarto. Además a través de la tecnología por ultrasonido, la aguja se fue orientando hasta la pared del corazón. Es un método menos invasivo.
Veintiocho días después, el músculo cardiaco que al principio estaba dañado y cicatrizado recuperó su elasticidad y volvió a tener una función muscular similar a la de antes del infarto.
“La tropoelastina puede reparar el corazón porque es una réplica exacta de la proteína elástica natural del organismo”, comentó el coautor, el profesor Anthony Weiss, del Centro Charles Perkins y la Facultad de Ciencias, a través de un comunicado.
La tropoelastina se podría utilizar en el futuro para tratar la insuficiencia cardíaca, que se puede generar en los pacientes después del infarto.
“Durante las últimas décadas se ha logrado bajar la mortalidad por infartos. Pero los pacientes pueden desarrollar una insuficiencia cardíaca porque el corazón no puede bombear bien la sangre”, señaló Costabel. “Después de tener un infarto, se activa el colágeno que pasa a formar la cicatriz. Ocupa el espacio de las células miocárdicas dañadas por el infarto. Eso hace que el corazón tenga menos elasticidad. Por lo cual, el método que están desarrollando los científicos permitiría devolverle elasticidad al inyectarle las proteínas. Si se evalúa en voluntarios y resulta ser eficaz y seguro, podría llegar a ser una opción de tratamiento: Pero aún falta demostrarlo”, dijo el doctor Costabel.
FUENTE: INFOBAE