Desde principios de la década del ’90 el tratamiento invasivo progresó en nuestro medio permitiendo el tratamiento de una gran amalgama de arritmias. Se inició con el implante de dispositivos especiales (marcapasos, programables y desfibriladores implantables), siguiendo con el tratamiento vía percutánea (cateterismo) y la eventual aplicación de radiofrecuencia con intención curativa de circuitos eléctricos intracardiacos responsables de las taquicardias.
Inicialmente se pudo tratar circuitos de reentrada aurículoventricular (taquicardias por reentrada AV, síndrome de Wolff Parkinson y White) derechos, luego izquierdos, por vía retroaórtica o transeptal (por punción del septum interauricular con introductores especiales). Más adelante se pudieron tratar circuitos intraauriculares (aleteos auriculares y taquicardias auriculares) para los que se desarrollaron catéteres cada vez más sofisticados hasta hacer que el procedimiento tenga una enorme eficacia terapéutica (Éxito cercano al 97-98%).
Actualmente y gracias al desarrollo de la bioingeniería, se pueden realizan procedimientos para tratar las arritmias más frecuentes: la fibrilación auricular. El objetivo es el aislamiento de venas pulmonares principales focos o lugares que dan inicio y mantienen esta arritmia.
También se ha avanzado mucho en el tratamiento de las arritmias ventriculares logrando encontrar los sitios de origen de las extrasístoles y Taquicardia ventriculares con también una elevada efectividad en su tratamiento.