Consumir poca sal podría ser tan malo como pasarse con el salero

Un estudio publicado en The Lancet generó controversia en la academia, al asegurar que ingerir poca sal puede ser tan perjudicial para la salud como tomarla en exceso.

La elevada ingesta de sodio es el principal factor de riesgo de aumento de la presión arterial, causante de enfermedades cardio y cerebro vasculares y renales, explican los expertos. El Ministerio de Salud de la Nación estima que el consumo de sal diario en Argentina es de 11 gramos por persona, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un máximo de 5 gramos.

El 70 por ciento de la ingesta de este sodio proviene de alimentos procesados y ultraprocesados como panificados, embutidos, enlatados, congelados, quesos, caldos, sopas y envasados en general.

Cada gramo de sal que disminuimos en la ingesta diaria evita cerca de 2.000 muertes por enfermedad cardiovascular y ataques cerebrales en la población argentina, destacan desde la cartera de salud.

En este marco, un nuevo estudio publicado en The Lancet aporta una polémica nueva advertencia desde una perspectiva diferente. Andre Mente, profesor de la Universidad McMaster de Canadá, cree que los límites podrían ampliarse y fijarse más en países que doblan o triplican esas cifras: “Deberíamos estar más preocupados con los países con una ingesta de sodio superior a 12,5 gramos de sal e intentar su reducción”.

Casi cien mil personas de todo el mundo participaron en el estudio, que releva las altas tasas de sodio presentes en China. Allí, más del 80 por ciento de la gente consume más de 12,5 gramos de sal diarios, mientras en el resto de países sólo 1 de cada seis supera esa cifra y la ingesta media es de entre 7,5 y 12,5 gramos.

Aunque todos los estudios realizados hasta el momento aconsejan no pasar de los cinco gramos diarios, Andre Mente cree que esas cifras se deberían reconsiderar. “Nuestro estudio añade pruebas a la evidencia de que, con una ingesta moderada, el sodio puede jugar un papel beneficioso en la salud cardiovascular, pero es potencialmente más dañino cuando su ingesta es muy alta o inclusive muy baja”, asegura el profesor de la Universidad McMaster.

Sin evidencias clínicas
Naturalmente, desde la academia salieron a criticar este estudio, y no son pocos quienes cuestionan la metodología usada para realizar este tipo de conclusiones. El hecho de que sea un estudio “observacional” y no con ensayos clínicos significaría que no pueden sacarse conclusiones causa-efecto determinantes.

Tom Sanders, profesor emérito de nutrición y dietética en el King’s College de Londres, asegura que “no hay mecanismos para explicar que tomar poca sal sea malo, porque el sodio es un nutriente esencial para el cuerpo, pero se necesita menos de un gramo y medio de sal al día”. Las personas mayores, asegura Sanders, “deben seguir restringiendo su ingesta de sal en las comidas”.